Para poder ofrecer cuidados integrales a paciente de Oncología no solo tenemos que preocuparnos de ayudarles a elegir la pieza de cabello más adecuada para recuperar su imagen o incluso buscar un nuevo estilo, también tenemos queinvolucrarnos en potenciar su autoestima y conseguir que el paciente se involucre a su vez activamente en su autocuidado.
Sabemos que un tratamiento de quimioterapia produce efectos secundarios que, aunque no revistan gravedad y son reversibles, afectan en mayor o menor grado al paciente oncológico; nosotros tenemos que asesorarle en los cambios de sus hábitos, ya que su piel le exigirá mayores cuidados.
Los efecciones que dañan o alteran la piel, el cabello o las mucosas, se hallan entre los efectos secundarios que no revisten gravedad.
Nosotros, los profesionales de Estética y Cosmetólogos, en la creación y aplicación de prótesis capilares y en los cuidados estéticos intentamos, en la medida de nuestra formación, ayudar a paliar en lo posible los efectos secundarios que se producen en la piel y el cabello tras la aplicación de los fármacos.
Trabajar la autoestima: Importancia de las pautas de autocuidado.
Aquí juega un papel muy importante la ayuda del Psicólogo. El paciente tiene que llegar a la comprensión de que un equipo cualificado de profesionales se está haciendo cargo de las pautas para tratarlo y que tienen como fin lograr su completa curación. El paciente que se involucra en su autocuidado siente que forma parte del equipo de sus cuidadores.
Se debe concienciar al paciente de que se responsabilice de su enfermedad tomando parte activa en el proceso de su curación.
La alimentación debe ser cuidadosamente contemplada ya que lo que se ingiere puede ayudar ha mantener el organismo en condiciones óptimas. Si el paciente toma parte activa en la elección de su dieta siente que no está apático ni desatendido de su proceso de curación. Cuando un paciente participa activamente en su cuidado los logros son más rotundos; para ello hay que ser consciente de algo muy sencillo: La alegría de vivir.
Cada momento es único e incluso en un proceso de enfermedad podemos disfrutar del placer de un plato cocinado con cariño.
Cuando una persona enferma de cancer se produce en ella una transformación muy profunda y comienza a plantearse dilemas que jamás había contemplado seriamente.
Todos aquellos que por una razón u otra tratamos de manera muy cercana a los pacientes oncológicos estamos ligados a sus circunstancias y toda la ayuda que podamos ofrecer es poca.
Para ello debemos ser capaces de escuchar y de oír sus miedos y preguntas sin minimizar aquello que por no padecer no comprendemos o sabemos.
La etapa más dura es al principio: cuando se diagnostica la enfermedad; luego las etapas se suceden vertiginosamente sin tiempo para asimilarlas.
Es bueno marcar las pautas, integrarlos en las primeras decisiones y hablarles de sus pequeños logros. Aclarar sus dudas por nimias que parezcan y escuchar.
Las personas que han superado un Cancer se convierten en maravillosas aliadas para ayudar a esos pacientes que recién comienzan su andadura. Ellas saben la palabra exacta que se necesita, la ayuda que se precisa y muestran las energías renovadas. Nos enseñan la importancia de involucrarnos en nuestro autocuidado.