¿QUÉ ES?
La inteligencia emocional es la capacidad de reconocer y manejar de manera adecuada nuestros sentimientos y emociones, y los de otros. Hay cinco aspectos que componen este tipo de inteligencia:
1- Autoconciencia: identificar nuestros propios sentimientos y notar cómo interfieren en nuestras acciones y decisiones.
2- Empatía: identificar y comprender los sentimientos de los demás, es decir, ponerse en el lugar de otros.
3- Control emocional: aprender a controlar las emociones e impulsos.
4- Motivación: tener la capacidad de motivarse y motivar a los demás.
5- Habilidades sociales: poder mantener y disfrutar de unas relaciones adecuadas con los demás.
¿CUÁNDO CONVIENE EMPEZAR A TRABAJARLA?
La infancia es el momento idóneo puesto que en este periodo se desarrolla la personalidad, aparece la capacidad de comprender las propias emociones y las de otros, y también se construyen nuevas formas de expresión y de relación con los demás.
Además en la infancia se aprovecha la gran plasticidad cerebral que hay, por lo que los aprendizajes son mucho más efectivos.
¿QUÉ VENTAJAS TIENE TRABAJAR LA INTELIGENCIA EMOCIONAL?
Es de gran relevancia enseñar a que los niños sean “emocionalmente inteligentes” porque:
- Se favorecen aspectos como el desarrollo de la personalidad, las aptitudes, los valores, la motivación, el esfuerzo, etc.
- Se potencian además las capacidades intelectuales, de afrontamiento y superación de problemas, de alcance de objetivos…
- Se enseña a los niños a identificar sus sentimientos y los de los demás, a regular emociones, a saber expresarlas de forma adecuada…y todo ello favorece de forma directa a la comunicación con el entorno que los rodea.
- En definitiva, la inteligencia emocional contribuye al desarrollo integral de los niños.
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En nuestra asociación damos mucha importancia a trabajar este tipo de inteligencia, tan necesaria para afrontar los problemas y retos que aparecen en nuestro día a día y en el de nuestros usuarios.
Una de nuestras finalidades como profesionales del ámbito socio-sanitario es que nuestros usuarios aprendan a reconocer, manejar y expresar de forma adecuada sus emociones y sentimientos, tanto positivos como negativos, para mejorar su calidad de vida y evitar alteraciones emocionales posteriores y de mayor índole como la ansiedad, la depresión, etc.
“Conocerse a uno mismo para darse a conocer a los demás” y luchar por ser más felices cada día conociendo nuestras luces y nuestras sombras, y aprender a manejarlas.
Inés Uribe Ordax
Licenciada en Psicología y experta en Atención Temprana