La vergüenza, una emoción aprendida.
¿QUÉ ES LA VERGÜENZA?
La vergüenza es una emoción moral que aparece en forma de incomodidad extrema
cuando alguien se siente que no ha actuado de acuerdo con las expectativas de
otras personas y/o según unos códigos culturales y/o morales.
No se trata de una emoción innata, sino aprendida a través del proceso de
socialización y mediante las relaciones que tenemos con los adultos de
referencia (habitualmente los padres). La vergüenza es, por tanto, una emoción
social.
La vergüenza es un mecanismo evolutivo que nos ayuda a adaptarnos a lo novedoso
y que se da con más frecuencia en determinados momentos de la vida:
– A la edad que nos ocupa, por temor e inseguridad.
– A partir de los dos años, porque aparece el sentido del ridículo.
– En la adolescencia, etapa en la que nos importa demasiado la opinión que los
demás tienen de nosotros.
Por último, la vergüenza es una emoción selectiva, no proviene de determinados
eventos o actos ni tiene que ver con la realidad objetiva, sino con el
significado que cada uno de nosotros (según nuestra sociedad y según nosotros
mismos) demos a lo que ha pasado.
¿CÓMO SE MANIFIESTA?
El impacto psicológico de la vergüenza es muy fuerte y produce cambios físicos
como el sonrojarse, agachar la cabeza o alejarse tímidamente. A veces aparece
la risa como forma de descargar la tensión provocada por la situación que
produce vergüenza.
Principalmente, la vergüenza suele asociarse a dos emociones:
• Impotencia: La impotencia es el resultado psicológico más evidente de la
vergüenza. Nos sentimos perdidos, sin fuerzas y abandonados a los demás.
• Rabia: La vergüenza también se asocia con fuertes reacciones de rabia ya que a
veces nos conduce a formas de recriminación y venganza. Podemos tener propósitos
de agredir a los que nos han hecho sentir vergüenza y ello puede incluso derivar
en auténticos abusos y maltratos fí¬sicos y psicológicos. En situaciones
extremas esta rabia puede ir dirigida hacia uno mismo e incluso llegar al
suicidio. Se trata de una modalidad muy destructiva de la rabia que ha sido
llamada \»furia de humillación\». Lo que también es cierto es que la rabia, en su
justa medida, tiene una función de defensa, porque nos otorga cierto grado de
percepción de control ante la impotencia de sentir vergüenza.
¿EN QUÉ MOMENTOS APARECE LA VERGÜENZA?
Los niños y/o adolescentes tienden a sentir vergüenza en numerosas ocasiones,
puesto que todavía no han aprendido cómo adaptarse a las diferentes situaciones
incómodas que se presentan en la vida, por ejemplo:
₋ Al hablar delante de gente desconocida.
₋ Cuando algo les sale mal y lo ven los demás.
₋ Al ser sorprendidos en una situación de intimidad.
₋ Cuando alguien les pone en ridículo o se ríe de ellos.
₋ Ante la conducta de otra persona (vergüenza ajena)
₋ Cuando tienen que hacer algo delante de muchas personas.
₋ Cuando son forzados a demostrar sus habilidades.
La verdad es que todos sentimos vergüenza a lo largo de nuestra vida y en muchas
ocasiones, pero esta emoción aparece con mayor frecuencia en niños y jóvenes, y
más aún, cuando se sienten “diferentes” al resto o cuando no pueden llevar a
cabo las mismas rutinas que sus iguales.
¿CÓMO AYUDAR A LOS NIÑOS Y/O ADOLESCENTES A SUPERAR LA VERGÜENZA?
• Predicar con el ejemplo. Explicarles, con palabras muy sencillas, que
nosotros también tenemos vergüenza ante determinadas situaciones
demostrárselo.
• No obligar al niño o joven a hacer lo que no quiere. Forzarle a dar un beso o
a demostrar lo bien que baila, aumentará su inseguridad y, por tanto, su
vergüenza. Es mejor que les animemos a soltarse con frases como “yo hablo o
saludo primero y tú, después”. Así irán ganado confianza en sí mismos.
• No ponerles etiquetas, ni siquiera para disculparles. Cuanto más a menudo le
digas a un niño que es un vergonzoso o se lo digas a los demás delante de él,
más se convencerá de que lo es y más tardará en vencer su problema.
• Potenciar sus relaciones con otros de su edad similar.
Inés Uribe Ordax
Psicóloga Educativa